Impuesto de Sucesiones: dónde y cómo se paga, y cuánto cuesta

¿Dónde y quién paga el Impuesto de Sucesiones?

El Impuesto de Sucesiones se liquida en la comunidad autónoma donde la persona fallecida tuviese su vivienda habitual, considerándose como vivienda habitual aquella en la que hubiese residido los últimos cinco años antes de su fallecimiento.

La persona que tiene que hacerse cargo de este impuesto son los herederos. En caso de que estos rechazaran la herencia no habrá nadie responsable de este pago, dado que no hay beneficiario, y pasaría al Estado.

Si no hubiera testamento, la normativa establece un orden de sucesión, que determina a quién recaería la herencia. Y, en consecuencia, quién debería pagar el Impuesto de Sucesiones correspondiente. El orden legal es el siguiente:

1. Herederos forzosos ⁽¹⁾ :
   1. Hijos o descendientes legales.
   2. Ascendientes.
   3. Si no los hubiera, se pasaría al cónyuge.
2. Después irían hermanos.
3. Otros parientes.
4. En último lugar, el Estado.

¿Cómo calcular el Impuesto de Sucesiones?

La cantidad que tienes que pagar por el Impuesto sobre Sucesiones se calcula siguiendo estos pasos:

1. Al valor de los bienes, que es conocido como la masa hereditaria bruta, se le restan las cargas y deudas que sean deducibles.
2. A dicho valor, o masa hereditaria, se aplican deducciones, que varían según la comunidad autónoma, como pueden ser descendientes menores de 21 años, mayores, hijos, sobrinos, nietos, etc.
3. El resultado de la anterior es la base liquidable.
4. A esa base se le aplica la cuota tributaria, que depende de la cantidad heredada.
5. Aplicación de reducciones, según comunidad autónoma.

Tramos y tipos aplicables en el Impuesto de Sucesiones

El Impuesto de Sucesiones puede ser modificado por cada región. Sin embargo, en el caso de que la Comunidad no lo hubiera regulado, el artículo 20 de la Ley del ISD estipula una reducción en función del grado de parentesco de los beneficiarios de la herencia con el difunto. Se divide en cuatro grupos ⁽³⁾ :

1. Grupo I: descendientes y adoptados menores de 21 años. 15.956,87€ más 3.990.72€ por cada año menos de 21 que tenga, hasta un máximo de 47.858,59€.
2. Grupo II: descendientes y adoptados mayores de 21 años, cónyuges, ascendentes y adoptantes. 15.956,87€.
3. Grupo III: colaterales de segundo y tercer grado, ascendientes y descendientes por afinidad (abuelos/nietos, hermanos, cuñados, tíos/sobrinos). 7.993,46€.
4. Grupo IV: colaterales de cuarto grado o más distantes y extraños. Sin reducción.

Existe una tabla tipo estatal genérica. La siguiente tabla marca el porcentaje a pagar sobre la base imponible, en función de la cuantía de esta.

Reducciones y bonificaciones por Comunidades Autónomas en el Impuesto de Sucesiones

Existen bonificaciones de la vivienda habitual en sucesiones por CC.AA. Por ejemplo, de acuerdo con los tipos aplicables vistos anteriormente, si un heredero recibe 55.918,17€ en herencia, tendría que abonar 5.703,5€. Sin embargo la Comunidad de Madrid, por ejemplo, aplica una exención del 99% en determinadas circunstancias.

Los mejores ejemplos de esta variedad en el Impuesto de Sucesiones los encontramos en el estudio anual " Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral ⁽⁵⁾ ", del Registro de Asesores Fiscales (REAF) del Consejo General de Economistas (CGE).

¿Cuándo prescribe el Impuesto de Sucesiones?

El plazo en el que prescribe el impuesto a la herencia es de cuatro años, los cuales empiezan a contar transcurridos seis meses desde el fallecimiento del causante. Este periodo de tiempo se debe a que los herederos cuentan con ese plazo para presentar voluntariamente la liquidación del impuesto. Por tanto, el plazo total para que prescriba el Impuesto de Sucesiones es de cuatro años y seis meses.

Sin embargo, cuando pasan los seis meses de presentación voluntaria, la Administración Tributaria solicita el pago a los herederos, incurriendo así en una deuda con Hacienda. De ese modo, según van transcurriendo los meses, aplican recargos que van desde el 5% en los primeros meses hasta el 20%.