Las tarjetas de débito sirven para hacer compras con el saldo que tengas en la cuenta corriente a la que estén asociadas, a diferencia de las tarjetas de crédito, que te ofrecen opciones de financiación para dichas compras. Por ello, también tienen unos requisitos de aprobación más fáciles de cumplir y suelen ser más baratas.
Mejores Tarjetas Débito | |
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Producto | Características |
Tarjeta Revolut |
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Tarjeta N26 |
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Tarjeta Débito Aqua BBVA |
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Tarjeta Débito Openbank |
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Tarjeta Débito Santander |
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Tarjeta Metálica Vivid Money |
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Tarjeta BS Card Sabadell |
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Tarjeta Verse |
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Tarjeta Bnext |
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Lo mejor y lo peor de la Tarjeta Revolut:
✅ Lo mejor: asociada a una cuenta gratuita, sin comisiones de emisión o mantenimiento de ningún tipo. Cashback del 3% en tus reservas con Alojamientos Revolut. Permite sacar dinero de cualquier cajero del mundo.
❌ Lo peor: si quieres la tarjeta física, esta tiene un coste de envío. Además, solo podrás sacar sin comisiones cinco veces al mes, hasta 200€.
Lo mejor y lo peor de la Tarjeta N26:
✅ Lo mejor: gratuita con una cuenta N26 Estándar, también gratuita. Sin comisiones de ningún tipo.
❌ Lo peor: la emisión de la tarjeta física tiene un coste. Solo podrás hacer tres retiradas en cajeros al mes sin comisiones en la zona euro. No hay retiradas gratis en el resto del mundo.
Lo mejor y lo peor de la Tarjeta Aqua Débito BBVA:
✅ Lo mejor: máxima seguridad, gracias a la ausencia de números impresos y al CVV dinámico. Hecha con plástico reciclado.
❌ Lo peor: tiene una comisión de emisión y mantenimiento exagerada (35€), la cual solo es posible evitar si te vinculas al banco.
Lo mejor y lo peor de la Tarjeta de Débito Openbank:
✅ Lo mejor: gratuita, sin comisiones de emisión, mantenimiento o renovación. Puedes sacar dinero a débito en cualquier cajero del Banco Santander.
❌ Lo peor: usarla en cualquier otro cajero te costará, como mínimo, la comisión que marque este (y, en ocasiones, un porcentaje a mayores).
Lo mejor y lo peor de la Tarjeta de Débito Santander:
✅ Lo mejor: tarjeta sin coste si eres cliente del Banco Santander. Podrás sacar dinero sin comisiones en cualquier cajero de la entidad.
❌ Lo peor: no hay promociones, descuentos ni nada similar. El Santander parece estar desincentivando su contratación en favor de su contraparte de crédito.
Las tarjetas de débito son pequeñas tarjetas de plástico que gracias a su banda magnética, a su chip y, desde hace un par de años, a su pequeña antena NFC, te permiten hacer compras con el dinero que tengas en la cuenta bancaria a la que están asociadas.
Eso es precisamente lo que diferencia a las tarjetas de débito de las tarjetas prepago. Las primeras siempre están asociadas a una cuenta corriente (o similar), mientras que las segundas son en sí mismas una cuenta, por así decirlo.
La tarjeta de débito te permitirá pagar aquello que quieras comprar, siempre y cuando tenga un valor igual o inferior al dinero que tengas en tu cuenta. Si el importe es mayor, lo más seguro es que tu pago sea rechazado. En el peor de los casos, puede que tengas que pagar intereses a tu banco por dejar tu cuenta en números rojos.
Esto, que a algunos puede parece un problema, es el mayor atractivo de las tarjetas de débito. Poder disponer de tus ahorros al momento y sin necesidad de ir al banco o sacar dinero del cajero, y sin exponerte al pago de intereses por financiar tus compras.
De esta manera puedes llevar menos efectivo encima y controlar mejor tus gastos, ya que todos aparecerán registrados en los movimientos de tu cuenta, y solo podrás gastar mientras tengas dinero en ella.
Para tener una tarjeta de débito en España tienes que cumplir con una serie de requisitos que vienen marcados por tu banco. Aunque pueden ser diferentes, dependiendo de a qué entidad financiera pertenezca la tarjeta de débito, los más normales son los siguientes:
Como puedes ver, los requisitos para tener una tarjeta de débito son bastante sencillos. Esto es debido a que es un producto que tiene un riesgo muy bajo, ya que solamente puedes gastar el dinero que tienes en tu cuenta y poco más. Además, muchos bancos te proporcionarán una tarjeta de débito a la hora de abrir tu cuenta en ellos, por lo que no tendrás que preocuparte mucho por hacerte con una.
En el caso de que tu banco no te haya proporcionado una, te recomendamos que te pongas en contacto con él, ya sea visitando una sucursal, llamando por teléfono o por internet. Así podrás solicitar tu tarjeta y empezar a hacer operaciones bancarias de manera más cómoda.
Aunque, por norma general, se exige tener 18 años para tener una tarjeta de débito, son varias las entidades que ofrecen este tipo de productos a adolescentes, habitualmente asociados a la titularidad de una cuenta joven o similar. Algunas de las mejores tarjetas de débito para jóvenes son las de BBVA (Tarjeta Aqua Débito asociada a una Cuenta Online para Menores), Sabadell (BS Card), Ibercaja (Tarjeta Visa ONE) o Abanca (Tarjeta Tú NX).
El uso de tarjeta es cada vez más generalizado. Pero, ¿cuándo es más recomendable usar la tarjeta de débito? Teniendo en cuenta que hay disponible una gran variedad de opciones a la hora de pagar, puede que la tarjeta de débito no sea siempre la mejor opción.
Por ejemplo, si vas a comprar un artículo que tiene un precio bastante elevado, puede que sea mejor utilizar una tarjeta de crédito. Recuerda que, con la tarjeta de débito, el importe se te descontará automáticamente de tu cuenta, mientras que con una tarjeta de crédito como mínimo se te cobrará a fin de mes (o a comienzos del siguiente, una vez hayas cobrado), e incluso tendrás la opción de aplazar o fraccionar su pago.
En el caso de que el precio de lo que quieras comprar no sea muy elevado, siempre puedes utilizar tu tarjeta de débito. De esta manera no afectará demasiado a tu nivel de ahorros y te librarás de alguna visita al cajero automático por haber gastado todo tu efectivo.
Además, si te cuesta tener controlados tus gastos, puede que usar la tarjeta de débito en tu día a día sea una solución. Todas las compras que hagas quedarán reflejadas en tu cuenta y podrás comprobar a dónde ha ido todo ese dinero que has gastado. Así podrás saber exactamente cuáles son tus gastos diarios y, sobre todo, no podrás gastar por encima de tus posibilidades.
Las tarjetas de débito son productos financieros bastante sencillos. Con una de estas tarjetas solo podrás usar el dinero de tu cuenta, sin necesidad de retirar efectivo en el cajero, ni podrás financiar tus compras. Por ello, las tarjetas de débito no tienen, por lo general, apenas comisiones, pero a cambio suelen estar vinculadas a la contratación de una cuenta, la cual sí puede tener algún tipo de coste .
La única comisión que te puedes encontrar al usar tu tarjeta de débito es la comisión por descubierto. En este caso, dependerá de cada entidad financiera, ya que lo normal es que directamente no puedas gastar más dinero del que tengas disponible en la cuenta.
Además, si tu cuenta sigue en esa situación durante un tiempo, lo más probable es que tengas que pagar también intereses de demora por el tiempo que has dejado tu cuenta en números rojos. Así que procura que no te pase o que, al menos, lo arregles en el menor tiempo posible.
También es muy posible que tengas que pagar una comisión si usas tu tarjeta de débito para sacar dinero o consultar tu saldo en cajeros que no son de tu banco, aunque esto también ocurre con la inmensa mayoría de tarjetas de crédito. Estos cajeros pueden ser, aun así, de la misma red o de otra red de cajeros diferente. Esto también afectará a las comisiones que tendrás que pagar. Suele ser un porcentaje del dinero que has retirado o importe fijo si solamente los has usado para consultar tu saldo.
Aparte de esto, las tarjetas de débito no suelen tener ninguna cuota de mantenimiento, ni tendrás que pagar intereses por hacer compras o usar el cajero (de tu entidad). Aunque sí que es cierto que algunas entidades te pueden cobrar por renovar la tarjeta en caso de que la hayas perdido o a la hora de emitirla, lo más normal es que te ofrezcan la tarjeta de débito de manera gratuita.
Lo que en ningún caso tendrás que pagar son intereses a tu banco, ya que son tarjetas que no ofrecen ningún tipo de financiación. El único supuesto en el que podrías pagar intereses al banco sería si este te permitiera hacer una compra que dejase tu cuenta en números rojos y estuvieras más tiempo del permitido en descubierto.
Aunque tienen una función similar y un nombre bastante parecido, las tarjetas de débito y crédito no son lo mismo. La diferencia más importante entre ellas es que la tarjeta de débito solo te dejará gastar el dinero que tengas en tu cuenta, mientras que con la tarjeta de crédito no hace falta que tengas dinero en tu cuenta para comprar algo.
De esta manera, con tu tarjeta de débito no podrás aplazar ni fraccionar el pago de tus compras. Todo lo que gastes se reflejará al momento en el saldo de tu cuenta bancaria, por lo que también deberás tener cuidado de no quedarte sin ahorros. Con una de crédito, si no eliges financiar dichos gastos, se te pasará el cobro de todo lo que gastes en un mes a finales del mismo o a comienzos del siguiente.
Otra de las diferencias de las tarjetas de débito frente a las de crédito es que no suelen tener cuotas de emisión o mantenimiento, y solicitar una es mucho más sencillo, ya que no implica un estudio de viabilidad por parte del banco. Y, de tenerlas, estas serán mucho menores, ya que sus beneficios añadidos son igualmente inferiores a sus contrapartes de crédito.
Aunque puedan parecer lo mismo, las tarjetas de débito y las tarjetas monedero tienen un funcionamiento diferente. El principal atractivo de la tarjeta monedero es que se puede recargar con la cantidad de dinero que quieras.
De esta manera, al usar tu tarjeta monedero solo tienes acceso al dinero que has recargado y no al total de tu cuenta. Así, cuando gastes todo el dinero que tenías en la tarjeta no podrás usarla más hasta que la vuelvas a recargar.
En una tarjeta de débito esto no pasa, ya que tienes acceso a todo el dinero que tienes en tu cuenta y, por tanto, no tienes un límite de gasto, salvo que lo establezcas tú mismo o venga impuesto por tu banco.
Por eso, la tarjeta monedero puede ser una mejor opción que la tarjeta de débito a la hora de hacer compras por internet con tarjeta o si no quieres pasarte de un nivel de gasto, por ejemplo, en un viaje.
Aunque lo normal es que tu tarjeta de débito esté limitada por el dinero que tengas en la cuenta a la que se encuentra asociada, es habitual que las entidades que las emiten impongan una serie de topes al gasto.
Si tu tarjeta de débito tiene límites al gasto, estos serán diarios y mensuales (es decir, no podrás gastar más de una determinada cantidad al día, ni de un máximo al mes), tanto para pagos en comercios como para retiradas de efectivo.
Y también podrás imponerte tú tus propios límites, por lo general a través de la aplicación de banca móvil de tu banco. De ese modo tendrás más controlados tus gastos, pero también añadirás una capa de seguridad más en caso de pérdida o robo, ya que si se utiliza antes de que puedas apagarla, el daño a tu cuenta será menor.
Si a la hora de viajar a otro país no te apetece llevar mucho efectivo encima, utilizar tu tarjeta de débito puede ser una buena opción, aunque siempre dependiendo de a qué país viajes. Además, siempre puede venirte bien en caso de emergencia, ya sea porque te has quedado sin efectivo o porque te han robado la cartera.
Igualmente, puede que tu banco te ofrezca condiciones favorables para pagar con tarjeta de débito en algunos países, por lo que conviene informarse siempre antes de utilizarla.
No obstante, hay tarjetas para viajar al extranjero que son más específicas, con las que podrás disfrutar de ciertas ventajas que pueden marcar la diferencia, como retiradas de efectivo sin comisiones o pagos en otra divisa sin coste extra.
A la hora de utilizar la tarjeta de débito en el extranjero lo habitual es tener que hacer frente a diferentes comisiones, dependiendo del país en el que te encuentres.
En todos los países pertenecientes a la zona euro (aquellos en los que también se usa el euro) podrás usar tu tarjeta de débito con total normalidad. Al ser la misma moneda, será como si estuvieses comprando algo en España. Ahora bien, si lo que quieres es sacar efectivo de un cajero, lo más seguro es que tengas que pagar una comisión por la cantidad retirada.
En el caso de que viajes a un país donde se use otra divisa, es posible que tengas que pagar una comisión por el cambio que hace tu banco de euros a esa otra moneda. Aparte de esta comisión, es posible que se te aplique un tipo de cambio que no te favorezca tanto como el oficial, por lo que te recomendamos que en estos casos solamente utilices efectivo.
Si quieras sacar dinero de un cajero, también tendrás que pagar una comisión que seguramente sea más alta por el hecho de estar operando en otra moneda: puede que te enfrentes a un tipo de cambio desfavorable y a la comisión de tu banco por cambio de divisa, así como a la inevitable (salvo contadas excepciones) comisión por operar en un cajero que no es de tu banco.
Aunque sin duda es un problema y un tremendo inconveniente, existen algunas soluciones en el caso de que te hayan robado tu tarjeta de débito. Vamos a explicarte algunas de las medidas que puedes tomar en este caso.
La primera y más importante es que desactives tu tarjeta. De esta manera la persona que la ha cogido o se la ha encontrado no podrá hacer uso de ella. Puedes desactivar tu tarjeta desde la app de tu banco, o contactando con su servicio de atención al cliente. Lo más seguro es que disponga de un teléfono de atención 24 horas gratuito tanto para llamadas desde España como desde el extranjero.
En el caso de que tu tarjeta no aparezca deberás ponerte en contacto con tu banco para comunicarles la situación. La entidad anulará la tarjeta para evitar que nadie haga un uso indebido de la misma. Si, desafortunadamente, alguien ha conseguido hacer uso de tu tarjeta, el banco tiene la obligación de cubrir un máximo de 150€. Es decir, que te devolverá como máximo esta cantidad de dinero.
La diferencia entre desactivar la tarjeta y anularla es que lo primero es reversible y lo segundo es definitivo. Si solicitas a tu banco la anulación de la tarjeta, esta quedará inservible y se te enviará otra, lo que en determinadas circunstancias puede tener un coste asociado.
Para solucionar esta situación de la manera más rápida posible y evitar cualquier daño, lo más importante es que siempre tengas a mano algún método para controlar tu tarjeta, ya sea la aplicación de tu banco o el número de la entidad para poder ponerte en contacto con ellos en el caso de robo y solucionarlo.
Una tarjeta de débito funciona mientras la cuenta a la que está asociada tenga dinero, por lo que no podrás utilizarla si esta está vacía o no tiene suficiente para cubrir la operación que quieres realizar. Eso incluye las retiradas de efectivo de cajeros.
Hay varios supuestos en los que es posible cancelar un pago con tarjeta, también si este se ha realizado con una tarjeta de débito. El proceso es el mismo, aunque es posible que, dado que el cobro es instantáneo, pienses que devolver un cargo con tarjeta de débito es irreversible: si lo has hecho tú, consulta al comercio; en caso contrario, trata de anularlo primero a través de la app de tu banco y, en última instancia, reclama a este.
Contacta con tu banco si quieres dar de baja tu tarjeta de débito. Esta quedará anulada y no podrás seguir usándola, pero es posible que, si tiene un coste anual, te toque pagar la parte proporcional del tiempo que has estado usándola desde el último cobro. Si quieres darla de baja por pérdida o robo, contacta con el servicio de atención al cliente de tu banco cuanto antes, pero si esperas poder recuperarla es mejor que la apagues a través de la app para que no quede inutilizada y te toque pedir una de remplazo.
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