Si nos preguntamos qué hacer con la hipoteca tras el divorcio, debemos conocer todas las vías de resolución para tomar la decisión más adecuada. Precipitarse a la hora de llevar a cabo este proceso puede llevarnos a determinados problemas a corto y medio plazo.
En caso de divorcio la hipoteca la deben seguir pagando los titulares que aparezcan en el contrato del préstamo hipotecario. Por lo tanto, el banco puede exigir el pago de las cuotas a los titulares de la hipoteca, sea cual sea el régimen económico del matrimonio (gananciales o separación de bienes).
En estas situaciones ambos cónyuges pueden pactar el reparto de bienes y quién paga la hipoteca. Si uno de los cónyuges asume la hipoteca tras el divorcio lo recomendable es negociar con el banco una novación hipotecaria para quitar a uno de los titulares. A través de ella se redefinirán las condiciones contractuales, llegando incluso a exigirse un aval, puesto que al retirarse uno de los pagadores, el banco verá perjudicada la seguridad ante posibles impagos.
Los gastos de una novación de hipoteca por divorcio que hay que asumir son principalmente dos: comisión por novación (dependiendo del banco puede ser gratuita o hasta un 1% del capital pendiente de la hipoteca) y la nueva tasación de la vivienda (aproximadamente 300€).
Tras el divorcio existen varias alternativas con respecto a la hipoteca, que dependerán de la situación de cada pareja y sus necesidades en el momento de la separación. Las principales vías de resolución son:
Para cambiar la titularidad de la vivienda tras el divorcio, lo recomendable es realizar una extinción de condominio. Con ella, la propiedad pasa a ser responsabilidad de uno de los cónyuges. Para llevarlo a cabo, se debe formalizar en el Registro de la Propiedad, quedando así un único titular. Los principales pasos son los siguientes:
Sin embargo, aunque a nivel de propiedad el inmueble sea de un solo titular, las obligaciones de la hipoteca seguirán vigentes. Para evitar esto debemos actualizar nuestra situación ante la entidad financiera, que podrá negarse a eliminar a uno de los titulares sin recibir una contraprestación, debido a la pérdida de seguridad ante los pagos, lo que nos puede llevar a tener que presentar a un avalista.
Las consecuencias ante el impago de una hipoteca tras el divorcio son un problema muy común. Por ello es importante definir bien todos los términos en el momento de la separación. Algunas de las principales consecuencias del impago de la hipoteca:
Obtener una nueva hipoteca después de un divorcio para financiar otra vivienda no debería ser ningún problema. Este hecho en sí no constituye ningún impedimento. Sí puede serlo el tener una deuda pendiente de nuestra anterior hipoteca, si hemos decidido permanecer con la vivienda en propiedad, o no hemos podido retirarnos de sus obligaciones de pago, ante la negativa del banco.
Si necesitas una nueva hipoteca, te dejamos en el enlace las mejores hipotecas de la actualidad.
Fórmate en hipotecas para tomar las mejores decisiones. Con este curso aprenderás sobre trámites, cuándo amortizar o cancelar una hipoteca entre otras lecciones.
Isbelt Martín Isbelt es graduado en Administración y Dirección de Empresas. Experto en marketing digital, tiene más de 5 años de experiencia acercando las condiciones de los distintos productos financieros a los consumidores. Isbelt se encarga de releer la letra pequeña de los préstamos, hipotecas, cuentas y tarjetas en Roams.