La fiscalidad de las acciones sólo tiene lugar cuando se venden o se reciben dividendos por ellas. Para que cumplas con la obligatoriedad de declarar las acciones en el IRPF, te contamos cómo hacerlo y qué porcentajes se aplican en los casos mencionados: venta y dividendos.
Las acciones hay que declararlas solo en dos casos concretos: cuando las vendamos y cuando recibamos dividendos por ellas. A la hora de realizar la declaración de la renta la venta de acciones tributa como ganancia o pérdida patrimonial, mientras que la obtención de dividendos lo hace como rendimiento de capital mobiliario.
Solo hay dos maneras de obtener beneficios con las acciones (o su venta o los dividendos por su posesión) y en ambos casos se tributará dentro de la base del ahorro, pero cada uno de estos ingresos lo hará de una manera diferente.
Cuando vendes acciones se tributa en la base del ahorro como una ganancia o pérdida patrimonial y, como tal, se aplican los siguientes porcentajes:
El importe que tienes que incluir en la declaración de la renta en este caso se calcula restando el precio de compra de las acciones (y los gastos derivados) al precio por el que las has vendido.
Por su parte, recibir dividendos también tributa dentro de la base del ahorro, pero como rendimiento de capital mobiliario con estos porcentajes y tramos:
En este caso, el importe que tienes que incluir en la declaración del IRPF corresponde a la diferencia obtenida entre el importe del dividendo y los gastos de administración y mantenimiento de las acciones. La cuota recibida por el dividendo está sujeta a una retención del 19% sobre la plusvalía, es decir, sobre el incremento de valor de la acción.
Algunas empresas también reparten dividendos en forma de scrip dividend (o dividendo en acciones), que consiste en la retribución al accionista mediante acciones de la propia compañía. De este modo la tributación se aplazará hasta el momento en el que esas acciones sean vendidas, y no será diferente de la de las acciones adquiridas por medios habituales.
La antigüedad de las acciones no tiene influencia en su fiscalidad. Es decir, no va a estar más o menos gravada una acción por más tiempo que haya pasado desde su adquisición, pero sí puede recibir un tratamiento especial si lo fue antes de 1995. Has de tener en cuenta dos cosas:
Todos los productos financieros están sometidos a sufrir pérdidas y ganancias, y las acciones son un producto financiero. De tal manera, cuando se hayan generado pérdidas por la venta de acciones se pueden compensar con cualquier tipo de ganancia patrimonial, siempre y cuando se produzcan en el mismo ejercicio.
En muchas ocasiones, a pesar de hacer la compensación, el resultado sigue siendo negativo. En estos casos existe la posibilidad de hacer otra compensación, esta vez con los rendimientos de capital mobiliario. Se establece un límite del 25%, y si sigue siendo negativo tienes la oportunidad de compensarlo en los siguientes cuatro ejercicios fiscales.
Para evitar que los inversores hicieran trampas a la hora de compensar pérdidas y ganancias de acciones se implantó la conocida como 'regla de los dos meses'. Exige que pasen dos meses desde la venta de un activo para poder volver a comprarlo.
De ese modo se impide, por ejemplo, vender acciones un día y comprarlas de nuevo al siguiente para compensar pérdidas y ganancias. Se puede hacer, pero el resultado de esa operación no servirá para compensar otras.
El método FIFO, cuyas siglas corresponden a "First In, First Out", es el método que utiliza la Agencia Tributaria para determinar el orden de venta de acciones de un mismo valor.
Este cálculo se establece para casos en donde un inversor obtiene acciones de una empresa en diferentes momentos, adquiriendo un número de acciones diferente en cada uno de ellos.
Pongamos el ejemplo de un particular que compra 100 acciones un año. Al siguiente compra otras 200. Y vende 150 en el tercer año. Para calcular el dinero ganado con esta venta, se tomará el orden de compra.
Es decir, el dividendo de las primeras 100 se calculará en base al precio de compra de las 100 primeras acciones. En las 50 restantes se tendrá en cuenta el valor de cuando adquirió el paquete de 200 (el segundo año).
Este es el método FIFO: las acciones compradas primero son las primeras que se consideran para la venta.
Isbelt Martín Isbelt es graduado en Administración y Dirección de Empresas. Experto en marketing digital, tiene más de 3 años de experiencia acercando las condiciones de los distintos productos financieros a los consumidores. Isbelt se encarga de releer la letra pequeña de los préstamos, hipotecas, cuentas y tarjetas en Roams.