Para cancelar deudas en tarjetas de crédito solo tienes una opción: saldarlas. Sin embargo, existen diferentes fórmulas y estrategias mediante las que afrontar este pago. Lo más habitual es tratar de reunificar las deudas a través de un único préstamo, reduciendo el coste de intereses de las mismas, o puedes intentar quitarte las deudas de una en una. Otra manera es tratar de acogerse a la denominada Ley de Segunda Oportunidad.
En principio, no se puede cancelar una tarjeta de crédito con deudas. Es posible que puedas hacerlo, pero la deuda no desaparecerá, y la entidad financiera que te dio la tarjeta te la seguirá reclamando.
La única solución suele ser pagar la deuda. Sin embargo, existen alternativas como la Ley de Segunda Oportunidad, o cuando se demuestra que la aplicación de intereses de la tarjeta de crédito ha resultado abusiva.
Acogerse a estos supuestos no es fácil, y no siempre es posible. Por eso, siempre se recomienda librarse de la deuda, pagándola como te sea posible: poco a poco o con herramientas financieras diseñadas a tal efecto, como un préstamo de reunificación de deudas.
Aunque puede sonar contraintuitivo eso de pedir un préstamo para saldar la deuda de una tarjeta de crédito, en el fondo no lo es tanto. De acuerdo a las
, los préstamos personales suelen tener unos tipos de interés en torno al 7 u 8%, mientras que el de las tarjetas de crédito se suele situar alrededor del 20%. La deuda permanecerá, sin duda, pero lo que pagarás por ella será mucho menor.La Ley de Segunda Oportunidad es un mecanismo legal mediante la cual el deudor puede renegociar las condiciones del pago de sus deudas, e incluso llegar a verlas perdonadas. Es posible acogerse a ella para cancelar la deuda de una tarjeta de crédito.
Hay bastantes requisitos para poder acogerse a esta ley, pero por encima de todo tiene que haber buena fe. Es decir, que no tengas forma de saldar esa deuda y que, por supuesto, no estés ocultando parte de tu patrimonio para hacerte pasar por insolvente. También es necesario no haber incurrido en dicha deuda voluntariamente (dicho de otra manera, que no sea tu culpa porque sabías perfectamente a qué te exponías).
Acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad debe ser el último recurso, una vez el resto de vías se han agotado. De hecho, es requisito para solicitarlo el haber tratado de alcanzar un acuerdo extrajudicial con el acreedor. Ten también en cuenta que, aunque puede sacarte de un gran apuro, dejará marca en tu historial crediticio, lo que te puede complicar en gran manera acceder a nuevas formas de financiación en el futuro.
Cancelar una deuda de tarjeta de crédito con un préstamo es otra opción a disposición del deudor. Sin embargo, hay que tener en cuenta que puedes haber sido inscrito en los registros de morosidad (a causa de la tarjeta de crédito).
Por tanto, en ese caso es fundamental que se trate de préstamos que permitan financiar a personas que se encuentran incluidas en registros tipo ASNEF. Algunos ejemplos de entidades que conceden préstamos estando en ASNEF son los siguientes:
Es muy importante tener en cuenta que con este dinero cancelas la deuda de la tarjeta de crédito, pero abres una nueva deuda con estas entidades. Debes estar seguro de que podrás devolver posteriormente este dinero, pues los intereses por demora y penalizaciones en estas entidades también pueden ser elevados.
No debes recurrir a un préstamo para saldar una deuda si el tipo de interés que pagarás es mayor que el que estás pagando, salvo que no te quede más remedio.
En el caso de que tengas varias tarjetas de crédito con deudas por cancelar, o varios préstamos abiertos, podrías acceder a la reunificación de deudas. Se trata de unir en un único y nuevo préstamo todas las deudas pendientes, lo que suele resultar en mejores condiciones que la deuda acumulada.
Con esta solución pagarás un único recibo al mes, y tendrás un único deudor. Además, es probable que puedas alargar el plazo, con lo que las cuotas a abonar mensualmente serán menores. Pero, ten cuidado, porque a la larga pagarás más. Algunas entidades que ofrecen esta alternativa son:
Aunque, por lo general, ninguna entidad te dejará cancelar una tarjeta que tenga una deuda pendiente de pago, es posible que algunas sí lo acepten. En ese caso, debes saber que la deuda seguirá ahí, aunque ya no tengas la tarjeta para seguir engordándola, y te la seguirán reclamando. Cancelar la tarjeta no anula la deuda.
Incurrir en deudas es malo para tu historial crediticio, a menos que las saldes en tiempo y forma. Si no lo haces, caes en impago y se te empiezan a reclamar intereses de demora, todo eso dejará huella en tu historial crediticio. Otras circunstancias que te influirán de cara a futuras peticiones de financiación son el estar en registros de morosos o haberte visto obligado a recurrir a la Ley de Segunda Oportunidad.
Una opción en el caso de que tengas deudas procedentes de varias tarjetas es solicitar un préstamo de reunificación de deudas, pero si te ves capaz de pagarlas una a una, debes establecer prioridades. Empieza siempre por aquellas cuyo tipo de interés sea más alto, aunque no necesariamente sean las que mayor cantidad de dinero te reclaman. De ese modo te evitarás que, en caso de demora, su importe se dispare.