Hipotecas para fincas rústicas: cómo pedir, condiciones y simulador
Para solicitar una hipoteca para una finca rústica, esta ha de cumplir una serie de condiciones antes de que el banco piense en concederla, y de no ser así será automáticamente denegada: debe o bien pasar a ser suelo urbanizable, o si ya hubiera una vivienda edificada en ella, esta tendrá que convertirse la habitual del titular.
¿Se puede hipotecar una finca rústica?
Lo primero es comprender qué es exactamente una finca rústica: se trata de un terreno calificado como no urbanizable y que contiene una vivienda, la cual ha de estar correctamente inscrita en el Registro de la Propiedad.
Si tiene todo en regla, podrás hacer reformas para modernizar esa vivienda, pero no podrá ser ampliada en superficie, extensión o altura. Se ha de respetar la estructura del edificio existente.
No se permite edificar una nueva vivienda en suelo rústico, aunque existen algunas excepciones en determinadas Comunidades Autónomas. Por ejemplo, se puede edificar una vivienda unifamiliar en un solar no urbanizable si se va a destinar a una actividad agrícola, para las personas responsables de su explotación.
Los bancos son reticentes a conceder hipotecas para fincas rústicas, por las limitaciones a las que están sujetas. No acostumbran a firmarlas, y si lo hacen suele ser por entre un 50% y un 70% del valor de tasación del terreno.
Para aumentar las posibilidades de que el banco tenga a bien conceder una hipoteca para una finca rústica se pueden llevar a cabo dos acciones previas:
- O bien se logra recalificar el terreno, pasando a ser una finca urbana (solo así podría adquirirse para promoción).
- O bien se convierte la vivienda en la habitual del futuro titular de la hipoteca.
Calcular hipoteca de finca rústica
Que un banco conceda una hipoteca a una finca rústica es complicado y, en consecuencia, sus condiciones serán menos amables que las de una hipoteca normal. Al no conceder ni el 80% del valor de tasación, este tipo de créditos hipotecarios exigen que el cliente tenga unos ahorros proporcionalmente mayores que si se tratara de otro tipo de hipoteca.
El plazo de amortización (el tiempo para devolver el préstamo) será menor de lo habitual cuando se habla de hipotecas, y en consecuencia las cuotas pueden ser más elevadas.
También es posible que el banco exija la recalificación del terreno, de rural a urbano, un trámite que además de costoso, depende del Plan General de Ordenación Urbana del municipio en el que se encuentre la finca en cuestión.
Por tanto, no es sencillo calcular cuánto puede costar una hipoteca en una finca rústica, ya que depende de muchos factores, pero, en general, todo indica a que suele ser algo costoso y no demasiado rentable.
¿Qué bancos conceden hipotecas para fincas rústicas?
En principio, todos los bancos pueden conceder hipotecas para fincas rústicas. El problema es que, dependiendo de cada caso concreto, pueden decidir no hacerlo. Pero el hecho de que se vaya a destinar a una finca rústica no descarta automáticamente la posibilidad de obtener una hipoteca.
Las entidades que quizá, por definición, sean más propensas a conceder este tipo de hipotecas son las cajas rurales, aquellas con mayor presencia fuera de las grandes urbes. También algunos grandes bancos tienen entre sus productos préstamos destinados al desarrollo agrícola, entre los que se puede encuadrar este supuesto.
Hay varias alternativas a la concesión de una hipoteca para fincas rústicas. Si el solar ya contiene una vivienda, como esta se puede reformar aunque no sea terreno urbano (siempre respetando su estructura), se puede intentar obtener una hipoteca de autopromotor. Otra opción, menos recomendable por las duras condiciones que lleva adjunta, es un préstamo personal de elevada cuantía.
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