La carencia de la hipoteca es dejar de pagar las cuotas parcialmente (abonando solamente los intereses del préstamo) de forma temporal. Tras un estudio exhaustivo de cada caso, podremos optar a esta modalidad de aplazamiento ante alguna dificultad puntual en cuanto a liquidez. La carencia hipotecaria es posible con algunas entidades bancarias y habría que cumplir ciertas condiciones y negociarlas directamente con ellos.
El periodo de carencia en una hipoteca es aquel en el que el titular de la hipoteca puede dejar de abonar las cuotas de manera temporal. Tras una solicitud formal al banco, este puede conceder el período de carencia después de estudiar el caso. Su finalidad es la de posibilitar los futuros pagos de la deuda.
En estos plazos puede pactarse la paralización del pago íntegro de las cuotas (esta opción es conocida como moratoria hipotecaria) o establecer el abono de los intereses, únicamente.
Los requisitos para solicitar la carencia de la hipoteca dependerán de la entidad con la que la hayamos firmado, el perfil deudor del titular o el tipo de hipoteca, entre otras cosas. Algunos ejemplos de requisitos al solicitar una carencia hipotecaria es que contemos con buenas características respecto a:
El Gobierno ampliará el Código de Buenas Prácticas de la banca (1) a causa de la subida del euríbor, e incluirá entre otras medidas un periodo de carencia de cinco años con una rebaja del índice de referencia del 0,10%. Permitirá, así mismo, trasladar el capital durante esos meses a una última cuota, prorratearlo hasta el periodo de vencimiento o una mezcla de ambas.
Para poder acogerse a esta medida, así como a las otras que se incluyen en la modificación, la unidad familiar deberá tener unos ingresos menores a 25.200€ al año, haber visto incrementada la cuota de la hipoteca en un 20% y que esta suponga el 50% de sus ingresos mensuales.
La modificación del Código de Buenas Prácticas será permanente e incluirá una ampliación del plazo para solicitar la dación en pago y permitirá solicitar una segunda reestructuración de la deuda.
Se puede solicitar una carencia de hipoteca por desempleo. Además, con algunas entidades bancarias, podremos contratar un seguro de desempleo para nuestra hipoteca, que nos cubrirán en las siguientes situaciones:
Surgen dos opciones como alternativas a una carencia hipotecaria: realizar una ampliación o en casos más extremos de vulnerabilidad aplicarse al Código de Buenas Prácticas Bancarias. Repasamos cada una de ellas a continuación.
Realizar una ampliación de hipoteca, es decir, alargar el plazo de devolución del préstamo hipotecario. Esto hará que la cuota mensual de la hipoteca sea más baja y asumible para el cliente.
Aunque también hay que analizar sus inconvenientes. Por una parte, el banco no está obligado a concedérnosla y tendremos que negociar una novación hipotecaria para cambiar las condiciones. Por otra parte, al tardar más en devolver el préstamo subirán los intereses a pagar. Además, al realizar la novación también nos aplicarían una comisión.
El Código de Buenas Prácticas Bancarias está regulado por el Real Decreto-ley 6/2012, de 9 de marzo, de medidas urgentes de protección de deudores hipotecarios sin recursos (2) . Se trata de una serie de medidas que los bancos adheridos a él deben aplicar a clientes en situación de vulnerabilidad económica.
Los requisitos para acogerse al Código de Buenas Prácticas Bancarias son los siguientes:
Si se cumplen con estos requisitos se pueden conseguir los siguientes beneficios mediante este Código de Buenas Prácticas:
Si estas medidas no fueran suficientes o inviables para el cliente se podrían estudiar la aplicación de otras medidas como una quita de la hipoteca (eliminar parte de la hipoteca) o realizar una dación en pago de la hipoteca (entregar la vivienda para saldar la deuda).
Para pedir una carencia en la hipoteca debemos solicitarlo al banco de manera formal. Se puede hacer en cualquier momento, tras la firma del contrato.
Esta solución se suele dar cuando el titular de la hipoteca tiene algún tipo de dificultad o falta de liquidez para afrontar el pago. El banco acepta este período de carencia para evitar un impago en el futuro.
Es importante tener claras las condiciones que firmemos, además de las dificultades que pueda conllevar en el futuro, de entre las que destacamos:
Alargar el período de la carencia hipotecaria conlleva unos gastos, que debe afrontar el titular. Estos gastos derivan, principalmente, del hecho de que mientras dejemos de pagar nuestras cuotas y solo abonemos los intereses, nos aumentará la cantidad de las cuotas restantes, una vez finalizada la carencia.
Además, el coste por novación es otro de los gastos que tendremos que asumir. En la mayoría de los casos supone el pago de una comisión de un 1% sobre el total restante, aunque dependerá de cada entidad.
Los bancos con carencia en hipotecas son aquellos que ofrecen este servicio, después de realizar un estudio del perfil del cliente y del tipo de hipoteca, siendo algo común en las hipotecas autopromotor. No obstante, hoy en día cada vez es más complicado conseguir carencia hipotecaria con un banco.
Aunque con la mayoría de los bancos hay que negociar la carencia, ya que no lo ofrecen de manera explícita, sí que hay algunas entidades que lo tienen abiertamente entre las condiciones de sus hipotecas. Por ejemplo:
Las hipotecas de Triodos Bank que ofrece en su catálogo de hipotecas fija, variable o mixta un periodo de carencia de hasta 5 años.
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Isbelt Martín Isbelt es graduado en Administración y Dirección de Empresas. Experto en marketing digital, tiene más de 5 años de experiencia acercando las condiciones de los distintos productos financieros a los consumidores. Isbelt se encarga de releer la letra pequeña de los préstamos, hipotecas, cuentas y tarjetas en Roams.