Los planes de ahorro son una buena herramienta para ahorrar a medio plazo, con importantes ventajas para sus titulares, especialmente en el plano fiscal. Son productos de ahorro e inversión, también conocidos como Plan de Ahorro 5, ya que son cinco los años de duración mínima que tendrán.
Un plan de ahorro, también denominado plan de ahorro 5, es un producto bancario que permite al cliente conseguir unos ahorros para el futuro (ya sea para cambiar de coche, la Universidad, jubilación etc). Es una forma de "obligarte" a destinar cada mes o período una cantidad de dinero al plan de ahorros.
Se trata de un plan individual de ahorro sistemático, en el que en cada periodo destinarás a la cuenta de ahorros siempre la misma cantidad fija de dinero que hayas establecido. Este tipo de planes están incentivados por el Gobierno y no tributan impuestos, siempre que se mantenga durante al menos 5 años, de ahí que también se los conozca como Plan de Ahorro Cinco.
Es un producto financiero de un perfil conservador y por tanto la rentabilidad que se puede conseguir es baja. Sin embargo, es ideal para aquellos que quieren ahorrar algo mes a mes sin complicaciones, y quieran disponer de unos ahorros para el futuro.
Hay varios tipos de planes de ahorro, en función de sus distintas características, aunque todos tienen en común el hecho de ser productos de ahorro a medio plazo.
SIALP son las siglas de Seguro Individual de Ahorro a Largo Plazo, y son el plan de ahorro más popular. Se puede rescatar en cualquier momento a partir del primer año, pero la máxima rentabilidad solo se puede obtener si se rescata al vencimiento o en caso de fallecimiento del titular.
Los SIALP no tienen la inversión garantizada, pero en caso de cancelación anticipada las pérdidas no podrán superar el 15%. Sus características son:
Son un producto pensado para inversores cautos, con una rentabilidad baja, acorde al riesgo asumido. Se trata de un producto cuyos beneficios están libres de impuestos si se rescata tras cinco años o si el titular falleciera. Los ofrecen compañías aseguradoras, aunque se pueden contratar a través de un banco.
Las Cuentas Individuales de Ahorro a Largo Plazo, o CIALP, son un plan de ahorro ofrecido por los bancos. Funcionan esencialmente como un SIALP, pero, a diferencia de estos, no es ofrecido por una aseguradora, sino por una entidad financiera.
Su rentabilidad es igualmente baja, y si lo cancelas antes de tiempo te expones a asumir unas pérdidas de como máximo el 15% de lo invertido. Solo se puede contratar uno por persona y, aunque no tiene un límite máximo, las aportaciones anuales no podrán superar los 5.000€.
Un PIAS (Plan Individual de Ahorro Sistemático) es un seguro de vida-ahorro, al que se le realizan aportaciones regulares, de no más de 8.000€ al año, y hasta alcanzar los 240.000€ como máximo. Se puede rescatar en cualquier momento, pero la máxima rentabilidad se obtendrá a partir del quinto año, ya que entonces los beneficios disfrutarán de ventajas fiscales.
Una de las diferencias de los PIAS con los SIALP y CIALP es que se pueden rescatar como renta vitalicia, en lugar de como capital (todo de golpe). De hecho, al rescatarlo como renta vitalicia solo una proporción de los beneficios estará sujeta al pago de impuestos, en función de la edad que tengas en el momento del rescate:
Los planes de ahorro y los depósitos a plazo presentan las varias diferencias:
Estos son algunos de los mejores depósitos de la actualidad:
Es habitual confundir un plan de ahorro con un plan de pensiones, pero aunque son productos similares, hay varias diferencias entre uno y otro. Ambos son productos financieros pensados para asegurar ahorros de cara al futuro. Se diferencian, para empezar, en que un plan de ahorros es mejor por la disponibilidad del dinero en caso de emergencia, la ausencia de comisiones y sus ventajas fiscales. Además, tu inversión está protegida al 85% por Ley.
En cambio, la principal ventaja de un plan de pensiones es su fiscalidad, ya que desgrava en la Base Imponible del IRPF con un límite de 8.000€ anuales. Otro punto a favor es su mayor rentabilidad, es más alta que en un plan de ahorros pero a cambio asumirás un mayor riesgo. El cliente puede decidir el nivel de riesgo que desea asumir antes de contratar.
En definitiva, un plan de ahorros es para ahorradores de un perfil más conservador que desean disponer de unos ahorros asumiendo el menor riesgo posible. El plan de pensiones podría ser una buena opción para aquellos que quieran obtener una mayor rentabilidad a cambio de un mayor riesgo.
Los planes de ahorro son productos de ahorro con una serie de ventajas con respecto a otros similares, pero también con inconvenientes que es necesario conocer antes de lanzarse a su contratación.
Podemos resumir las ventajas de los planes de ahorro en los siguientes puntos:
Como cualquier producto, también dispone de limitaciones o desventajas:
Los planes de ahorro no están garantizados por el Fondo de Garantía de Depósitos. Sin embargo, la Ley establece que tendrás garantizado al menos el 85% de la inversión.
Al ser un producto de ahorro basado en el rendimiento de un dinero invertido, por lo general en renta fija, puede ser que dicha rentabilidad sea negativa, y que por tanto pierdas dinero. Sin embargo, esa pérdida no será en ningún caso superior al 15%.
Los requisitos para contratar un plan de ahorros no son demasiado exigentes pero sí deberás de tener en cuenta algunas restricciones:
Un plan de ahorro tributa en función de los beneficios que genere, pero estos se encuentran bonificados. De ese modo, si mantienes el plan activo durante cinco años, al rescatarlo los rendimientos estarán libres de impuestos.
De no ser así, tributarán como es habitual, por tramos: los primeros 6.000€ de beneficios al 19%, hasta 50.000€ al 21% y a partir de 50.000€ al 23%.
Es posible rescatar el plan de ahorros en cualquier momento y disponer del dinero si lo necesitas por algún tipo de emergencia. Sin embargo, si retiras tu dinero antes de los 5 años no te podrás acoger a las ventajas fiscales de este producto y tendrás que declarar los intereses ante Hacienda como habitualmente.
Además, hay que tener en cuenta que tendrías que cancelar la totalidad del plan de ahorros, ya que no es posible retirar solo una parte. Es decir, un plan de ahorro no admite cancelaciones parciales.
Cualquier simulador de planes de ahorro dará como resultado cantidades aproximadas, pero no reales. Esto es debido a que su rentabilidad no está garantizada (si un depósito es al 2%, te aseguras ganar ese 2%), y depende del rendimiento del capital que hayas destinado al plan, el cual se invertirá en productos de renta fija.
Aunque se tiende a ver el plan de ahorro como un producto para adultos que buscan ahorrar de cara a la jubilación, lo cierto es que algunos bancos ofrecen este producto con los más jóvenes de la casa como objetivo.
Los planes de ahorro no están cubiertos por el FGD porque el dinero destinado a los mismos se invertirá, y por tanto su rentabilidad dependerá del rendimiento de dichas inversiones.