El depósito en divisas está pensado para aquellos inversores que cuenten con un gran conocimiento del mundo financiero. ¿Sabes los riesgos que conlleva si decides contratar uno? ¡Te lo contamos!
Un depósito en divisas es un producto de ahorro muy parecido a un depósito a plazo fijo. La diferencia está en que con un depósito en divisas, la inversión se realiza, como su propio nombre indica, en otra divisa. Las monedas más habituales son la libra esterlina, el dólar norteamericano y canadiense, el yen japonés, el franco suizo y el yuan chino.
Por tanto, el dinero depositado será en una moneda extranjera, ya sea porque el cliente dispone de esa moneda concreta o porque la compra. En consecuencia, este tipo de productos financieros se ven afectados por la variación en el tipo de cambio entre la moneda del país del que es el consumidor y la divisa del depósito.
El funcionamiento de los depósitos en divisas es el mismo que el de un depósito normal, de tal forma que el cliente invierte la cuantía económica que quiera, eso sí, en este caso, en otra divisa, durante un plazo de tiempo concreto y a cambio recibirá, periódicamente o al vencimiento, una rentabilidad en concepto de intereses. Pero debes tener en cuenta que la rentabilidad dependerá tanto del mercado como del tipo de interés de cada país. Para ello, es necesario tener en cuenta aspectos como:
Los depósitos en divisas están dirigidos a un tipo de público muy concreto, sobre todo, para aquellos ahorradores con un perfil conservador pero que cuentan con grandes conocimientos financieros. Por ello, te vamos a explicar por qué tienen riesgo los depósitos en divisas:
Si contratar un depósito en divisas, cuentas con las siguientes ventajas:
Las desventajas de los depósitos en divisas son:
Los mejores depósitos en divisas y, por tanto, los más comunes suelen ser en libra esterlina y en dólar estadounidense. Esto supone que el cliente puede obtener mayor rentabilidad de su depósito. Con el euro, sin embargo, la rentabilidad suele ser inferior en nuestro país. Y, por su parte, el dólar canadiense o australiano, el yen japonés o el franco suizo son otras de las divisas utilizadas pero de forma menos habitual al ser más complicado invertir con estas divisas.
Por ello, es imprescindible contar con amplios conocimientos financieros para saber cómo puede evolucionar el mercado de las divisas, aunque pueda resultar impredecible, sobre todo, a largo plazo. Y en función de esto, la moneda se depreciará o, por contra, apreciará, lo que supondrá pérdidas o ganancias, respectivamente.
La oferta de depósitos en divisas se ha ido reduciendo paulatinamente en los últimos años en el mercado. Pero podrás encontrar este tipo producto financiero en entidades extranjeras que operen en España como Deutsche Bank y en entidades de nuestro propio país, entre las que se encuentran Bankinter o Ibercaja.
También existe la posibilidad de que la entidad financiera negocie con aquellos clientes que puedan tener intención de contratarlo.
Y una vez tengas claro dónde contratar tu depósito en divisas, deberás prestar atención a otros elementos como son el tipo de divisa, las comisiones, el tipo de interés y plazo que tendremos depositado nuestro dinero además de la cantidad que queramos invertir.
Los depósitos en divisas son un producto financiero de mayor riesgo que cualquier depósito habitual. Y es que hay que estar muy pendiente de la fluctuación en el tipo de cambio.
A partir de aquí, y de los conocimientos financieros de cada uno, entra en juego la decisión de depositar tus ahorros, la cual nos puede beneficiar o perjudicar en función de la evolución del mercado de divisas. A ello, se une que no podrás retirar el dinero antes de que finalice el plazo marcado o, de lo contrario, tendrás que pagar una comisión por cancelación anticipada. Por tanto, poniendo encima de la mesa todos estos elementos, la decisión queda en manos de uno mismo: saber si realmente nos conviene o no contratar un depósito en divisas.